Como las olas que besan la orilla y se retiran suavemente, este colgante captura el movimiento eterno del mar.
Cada fragmento de vidrio marino ha sido moldeado por el tiempo, pulido por el vaivén del agua y engastado a mano en plata 950, en un proceso de más de 10 horas de dedicación.
Marea es un recordatorio de que la belleza también habita en el cambio, en lo cíclico, en lo que va y vuelve con calma.
Una joya única, nacida del océano y transformada con amor.
